lunes, 1 de agosto de 2011

¡¿Juan Luis Cipriani por qué no trabajas?!


¡Trabaja!
¡¿Juan Luis Cipriani por qué no trabajas?!
La iglesia Católica ha cometido errores garrafales a través de la Historia, demostrando no ser representante de ningún dios, salvo de los capitales santificados por los yesos que se guardan en sus templos.

Pero la iglesia católica a su vez ha demostrado aquí en Perú ser una institución torpe para elegir a su máximo representante, porque siendo nuestro país de mayorías católicas, muy pocos católicos deben estar contentos con la representación del Cardenal Juan Luis Cipriani. 
Es hermoso, no debería ser
"El Palacio de la Ignorancia".
Yo que tengo la suerte de encontrarme con cada hipócrita religioso – yo también me las di de religioso alguna vez, y sé cómo es eso -, y todos estos hipócritas y algunos ingenuos,  siendo así de hipócritas e ingenuos igual no sienten admiración por el Vicario de Baal. Cuando les hablo de Cipriani desean no recordar que él es su cardenal.

Ahora bien, en estos momentos que en las noticias ha salido que se le ha arrestado a un sacerdote en Chilca por presunta – digo presunta porque no está comprobado todavía hasta este día y por allí que mañana Cipriani mueva bien sus piezas maquiavélicas y el sacerdote éste sigue siendo tan santificado como la Cruz de Motupe, no digo que lo haga pero en la historia romana ha habido casos más insólitos – quiero decir que yo conozco a dos personas – no son amigos míos, pero sí conocidos míos – que me contaron esta historia que parece sacada de la novela de Jaime Bayly, donde los acólitos son ultrajados por los curas. Ambos me contaron la muy resabida historia, el niño o adolescente les ayuda a sacar sus túnicas y estos mañozasos se aprovechan para satisfacer sus más reprimidas depravaciones

Esta es ocasión para decirle a Cipriani que se ponga a trabajar por la imagen institucional de la iglesia más perversa de la historia. Que reflexione, que se dé cuenta que durante años – desde que he sabido de él por la tele – sólo se ha afanado en la política y no ha hecho que su iglesia sea merecedora de las aportaciones del Estado.
Cipriani, ¡trabaja!, ¡ponte a trabajar! ¿Pero de qué vas a trabajar? Bueno, si no sabes otra cosa más que hablar acerca de tu piedad y comunión con tu dios, porqué no enseñas a tus súbditos a ser tan piadosos como tú, sería muy buen trabajo, o en todo caso porqué mejor no entrenas a tus discípulos en cómo contener los flujos genitales. Pero algo tienes que hacer y pronto.