La Universidad Cantuta, es una hermosa flor que está asentada en Chosica. Pero esta hermosa flor está infestada de parásitos, sucios piojos, que año tras año hacen de ella una sombra de lo que en sus tiempos fuera la cuna de los “maestros”. Yo ingresé el año 2000 y después de estar un par de meses me sentí estafado, pues no tenía clases y los profesores que asistían no era más que para entregarnos separatas y exponer temas de cultura general y nada en profundidad. Por supuesto que hubieron excepciones, pero fueron escasas.
Decidí retirarme de la Cantuta y postular a la Universidad San Marcos. Como un chiquillo tonto pensé que mis padres podrían pagarme una academia para poder prepararme, puesto que para ingresar a San Marcos tienes que pasar un examen muy complejo y la competencia es harta. Pero mis padres no pudieron – o quizás no quisieron molestarse en invertir -, así que sólo estuve un mes en la academia y luego me dejaron a mi suerte. Fue allí que tuve que decidir – después de un año de estar fuera – qué debía hacer, la respuesta, volver a la Cantuta.
Decidí retirarme de la Cantuta y postular a la Universidad San Marcos. Como un chiquillo tonto pensé que mis padres podrían pagarme una academia para poder prepararme, puesto que para ingresar a San Marcos tienes que pasar un examen muy complejo y la competencia es harta. Pero mis padres no pudieron – o quizás no quisieron molestarse en invertir -, así que sólo estuve un mes en la academia y luego me dejaron a mi suerte. Fue allí que tuve que decidir – después de un año de estar fuera – qué debía hacer, la respuesta, volver a la Cantuta.
Al regresar las cosas seguían igual, a pesar que ya habíamos pasado la dictadura de Fujimori, la universidad seguía en su letargo, la Cantuta ya no sólo contaba con los malos profesores sino que ahora también contaba con malos estudiantes. Los profesores buenos que querían hacer las cosas medianamente bien se veían desanimados por la calidad del educando, éstos sin ninguna ganas de estudiar – seguro que producto de una desnutrición intelectual – son los que cambiaron la cantuta y la convirtieron en la flor marchita que ahora es.
Grupos políticos – si así se les puede llamar – eran los que mejores ejercicios intelectuales hacían, eso sí, sólo para buscar ventajas que creo laceran a la Universidad. La Cantuta, es una universidad que le da de todo al estudiante: desayuno, almuerzo, lonche, transporte, no se paga pensión, es casi gratuita puesto que sólo tienes que contribuir algo de 50 a 90 soles por concepto de aporte voluntario dos veces por año. Es pública, pero los estudiantes van a comer o a estudiar, entonces cómo se puede creer que estos jovencitos luchaban por tener mejores raciones, mas ómnibus, oficinas para los representantes estudiantiles, dietas en el restaurante, pavos, panetón y dinero para éstos. Por qué no se preocupan en expectorar de la universidad a profesores mediocres, en contratar a profesionales especialistas al menos uno por facultad. Quizás podrán decir él escribe así porque no tiene necesidad, es falso sí tengo necesidad, pero si iba a la universidad era para estudiar no para comer o para ganar dinero.
Aún así, en la universidad pasé cinco años, cinco años que me sirvieron para tener una cultura a groso modo del arte y ciencia de la educación – claro cada vez menos ciencia porque siendo la Cantuta la universidad especialista en Educación no es referente en nada -, igual conviví cinco años con otros jóvenes que fueron como mis hermanos – esto no por lo bien que nos llevábamos, sino por el sencillo hecho de que estamos obligados a estar en el mismo ambiente -, a muchos quise, sentí simpatía por otros, a terceros ignoré, también odie a unos pocos y de los últimos me impresioné – para qué estaban allí, me preguntaba.
He vuelto a la Cantuta, y he tomado un conjunto de fotografías que muestran parte de su hermosura, un profesor me dijo que no es un lugar para estudiar puesto que el sol intenso de sus días no ayuda a que el estudiante se concentre – esos estudiantes nunca se han concentrado -, pero puede que tenga sentido, en la Cantuta ahora que regreso, uno se siente alegre, se le aflora un erotismo que en la sucia Lima se le asoma artificialmente, es quizás por ello que los estudiantes de la Cantuta no estudian como deben, creo que no. Pero si fuera eso le harían un favor a la Cantuta abandonándola, deberían dejarla, bajar a Lima y dejar a esa flor morir por los años y no matarla como la están haciendo.
Digo esto porque si bien la Cantuta tiene hermosos lugares, no está tan hacinado como la vieja San Marcos, sus pabellones se han hecho con cierto cuidado – por favor si van a construir nuevos pabellones háganlo en el Talcomachay y no destruyan los jardines – cada sábado que voy a visitarla, me encuentro con una triste realidad, sus baños están completamente sucios. No hay ni un solo baño en la Cantuta que esté limpio. He pasado por todas las facultades, por los pabellones nuevos, pero la Cantuta no tiene un solo baño limpio. Está lleno de basura, las puertas y todo plano está escrito de estupideces, están sucias sus losetas, los pisos casi siempre mojados y con barro. Por qué tiene que ser así, por qué cuando visitamos a la Católica, o la San Martín, éstas universidades tienen los baños limpios, cuál es el problema, es el personal de limpieza que no hace su trabajo, es acaso que los chicos de la Cantuta por ser oscuritos y pobres son sucios y que los chicos de las universidades particulares por ser más claritos y tener dinero son limpios, acaso tenemos que inferir que ser pobre es ser sucio y tener fortuna es ser limpio. No sólo desprestigias – esto va para los estudiantes de la Cantuta – no sólo desprestigias a la universidad con tu mediocridad intelectual sino que encima como un bruto la golpeas, la maltratas, la ensucias. Y así le llamas alma mater, le dices mi alma mater, le llamas madre y la tratas como una vulgar prostituta.
Definitivamente no todos los que están en la Cantuta son malos, quizás su mayoría, pero hay un 10 % que hace la diferencia, esa diferencia es el buen maestro que sobresale sobre sus colegas de otras universidades, es el buen maestro que se hace especialista en su curso y es un artista en cada clase. Hay gente honesta en la Cantuta, hay gente que estudia, trabaja, investiga, de esos hay pocos pero hay. Decirles a ellos, maestros y alumnos que todavía tienen que ver con la Cantuta, no intenten cambiar al resto, hagan algo mejor, sigan siendo los mejores, los más honestos, los más limpios, los más leídos, los que investigan por amor al conocimiento y no por una estúpida nota que no dice absolutamente nada, sigan siendo así y lograrán lo inimaginable, que el 90% se comience achicar porque van a tomar su ejemplo o en todo caso se van a sentir humillados, les dará vergüenza su ignorancia y se irán.